Consecuencias del maltrato emocional y psicológico

Abuso psicológico

En algunas parejas se da un tipo de violencia casi invisible que atenta contra la estabilidad emocional de quien la sufre, al hacerla de manera persistente y sistemática.  Este comportamiento se aprovecha del amor o cariño que siente la pareja por el agresor para intimidarla, culparla y quitarle su valor como ser humano en el aspecto personal y profesional.

Contra la creencia generalizada, el maltrato psicológico se da en todas las clases sociales y en todos los niveles culturales, es decir, no porque alguien tenga doctorado o estudios en el extranjero, esto no quiere decir que ahí no se dé.

Quien la padece puede alcanzar consecuencias terribles para su salud pues al tener estrés crónico, esto propicia la aparición de enfermedades físicas o acelerará que aparezcan aquellas que estaban latentes.

Los principales síntomas visibles que se presentan son ansiedad, problemas con el sueño, con la alimentación, cansancio crónico, dolores de cabeza, tristeza, apatía, depresión, consumo de psicofármacos e incluso puede llegar a altos consumos de alcohol como una manera de evadir la realidad.

Algunas de las consecuencias de este maltrato pueden ser:

Malestar físico. Aparecen problemas para dormir, alteraciones digestivas como vómitos o diarreas, dolores de cabeza y musculares, todo ocasionado por la tensión nerviosa que se va acumulando después de cierto tiempo de estar recibiendo constantes humillaciones y agresiones verbales o físicas.

Baja autoestima. La persona empieza a creer que no tiene la capacidad de hacer nada por sí misma, o que sí lo hace no está a la altura de algo bien hecho e incluso se llega a culpar de que la relación no está funcionando porque ella no sabe hacer las cosas como se la piden.

Aislamiento social. Poco a poco la persona va dejando de ver a sus amistades y familiares, incluso llega a evitar a los vecinos para no saludarlos. Le estresa el sólo hecho que le pregunten cómo está.

Estado de ánimo deprimido. No sabe qué hacer, ni cómo pedir ayuda, por lo que se lamenta a solas de su situación y llora en silencio para no despertar la ira de su agresor. Si tiene hijos, en la medida de lo posible, evita que la vean con ese ánimo.

Alteraciones del sueño. Además de no poder dormir bien, tiene pesadillas y algunas veces llega a sentir angustia. Se mantiene en vigilia constante por la fuerte angustia que llega a sentir.

Descuido físico. Puede llegar a lucir pálida y demacrada, además de que no le pone atención a su vestimenta ni su cuidado personal.

Apatía. No se siente con ganas de hacer ni las tareas más elementales que necesita. El desgano es evidente y parece estar ausente de lo que ocurre a su alrededor.

Recuerda siempre: Cambia la depresión, enojo y obsesión por hábitos virtuosos para ser feliz y contagiar felicidad.

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