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El contacto cero en parejas divorciadas con hijos.

El divorcio es una de las experiencias más dolorosas y emocionalmente desafiantes que cualquier persona puede enfrentar en su vida adulta. Lamentablemente jamás viene en solitario, y suele venir acompañado de sentimientos como: la tristeza por la finalización de la relación, el enojo hacia la ex-pareja, la confusión de los sentimientos contradictorios o el miedo a la incertidumbre del futuro. 

Si este es un proceso difícil de enfrentar cuando solo se ven involucradas dos personas, cuando se tiene hijos se vuelve aún más desafiante, debido que los hijos agregan complejidad emocional y logística a dicha situación. Es en este escenario donde se puede utilizar una valiosa herramienta originaria de la psicología y las terapias de relaciones llamada: “contacto cero” 

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¿Qué es el contacto?

En términos generales, el contacto cero es una estrategia que implica iniciar un proceso gradual donde se corta todo tipo de comunicación e interacción con una persona que nosotros consideramos nos ha hecho daño o manipulado constantemente. Hacer uso de ella nos permite cuidar de nuestro propio bienestar emocional, nos evita ser arrastrados a la dinámica de una relación disfuncional y sobre todo, nos permite brindarnos un tiempo a nosotros mismos para sanarnos, protegernos y revisar nuestro proyecto de vida. 

El contacto cero en un divorcio 

En el contexto de un divorcio, el contacto cero implica limitar las interacciones al mínimo necesario y abstenerse de comunicarse innecesariamente sobre temas no directamente relacionados con la crianza de los hijos. Todo con el objetivo de reducir el conflicto entre los padres, además de fomentar un ambiente estable y pacífico para que los niños no se vean atrapados entre las posibles peleas de sus padres.  

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¿Cómo puedo aplicar el contacto cero? 

No existe una forma específica o única de aplicarlo. Sin embargo, si eres una persona que está buscando establecer límites claros con tu ex-cónyuge, los siguientes puntos pueden servirte como una guía para usar el contacto cero de una manera efectiva, asertiva y compasiva. 

  • Restringe la comunicación e interacción con tu ex-cónyuge.  Es decir, las interacciones deben ser concisas y realizadas cuando sean absolutamente necesarias respecto a temas únicamente relacionados con sus hijos. 
  • Utiliza medios de comunicación específicos, por ejemplo: se recomienda utilizar el correo electrónico o aplicaciones como “We Parent” (en vez de Whatsapp) donde los mensajes no puedan ser rastreados o malinterpretados provocando peleas. 
  • Mantén un detallado registro de la comunicación. Esto no es solamente útil para recordar discusiones previas, decisiones tomadas o compromisos acordados. Sino que puede ser una manera particularmente efectiva para resolver conflictos de una forma rápida y en casos específicos, se puede utilizar como evidencia legal si se llega a una disputa. 
  • Establece límites claros respecto al tipo de convivencia que se tendrá después del divorcio, los horarios de sus hijos, las fechas importantes, las tareas por cumplir, etc. Y recuerda revisar cuidadosamente el tono y contenido de tus interacciones para evitar conflictos. 
  • Involucra terceras personas que sean de tu absoluta confianza, y que tú consideres pueden ayudarte a mantenerte apartado a tu ex-cónyuge, al mismo tiempo que contribuyen de manera beneficiosa al cuidado de tus hijos.  
  • Piensa en el bienestar de tus hijos. El priorizar el bienestar de los hijos durante el contacto cero, es esencial para mitigar el impacto negativo que esta transición puede tener en tu vida. Ten en mente que el apartarse voluntariamente de una dinámica de relación disfuncional, contribuye no solamente a fomentar un ambiente pacífico en el cual sus hijos puedan crecer, sino que también contribuye saludablemente a su estado emocional y psicológico. 
  • Trabaja en ti mismo y comienza una búsqueda de “claridad mental”. El trabajo en uno mismo durante el contacto cero marca el ritmo de recuperación del bienestar personal después de la pérdida de una pareja. Además de que permite la construcción de habilidades y comportamientos más saludables, que en un futuro pueden mejorar tus relaciones familiares, amistosas o amorosas. 
  • Busca acompañamiento psicológico para transitar el contacto cero. El contacto cero suele ser un proceso complicado, al buscar acompañamiento psicológico se puede obtener un espacio seguro donde se pueda explorar y abordar los retos emocionales que trae el adaptarse a la ausencia de una relación,  así como construir un nuevo proyecto de vida. 

Conclusión

El contacto cero en parejas divorciadas con hijos no es una solución única, pero puede traer beneficios significativos si la relación con tu ex-cónyuge es especialmente tensa. Recuerda que la prioridad de este proceso debe estar dirigida al bienestar de sus hijos, y que esta estrategia es solo una herramienta que puede contribuir a la creación de un ambiente estable y positivo durante y después del proceso de divorcio. Sin embargo, para que funcione y se realice una transición exitosa hacia la co-parentalidad, es necesario tener una actitud colaborativa, practicar la asertividad, la compasión y el respeto mutuo.

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